Unidad
I: El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento.
A lo largo de esta
primera unidad, hemos tenido la oportunidad de adentrarnos al corazón de la
historia del pueblo hebreo, el pueblo de Dios como lo dirá la teología del
movimiento deuteronomista. Sin embargo, llegar a este concepto de Israel como
pueblo de Dios, no fue tarea de un solo día. Los avatares históricos por los
que fue pasando este pueblo nómada de origen mesopotámico, le permitieron en
primer lugar apostarle a un nuevo concepto de divinidad y por ende una nueva
manera de relacionarse con ella.
Del
culto a los dioses paternos,
donde los hijos generación tras generación veneraban las divinidades de sus
antepasados y se unían fielmente a ellas, las tribus hebreas esclavas en Egipto
retomaran de la mano de Moisés el sentido de la promesa hecha por una divinidad
a sus padres. Retomar la promesa (tierra, comida y familia) les recordó que
debían buscar la libertad, desearla para poder conseguirla. Con la esperanza
puesta en esa triple promesa salen a buscar a su divinidad. Esta búsqueda los
lleva a la península del Sinaí, donde se unen a otros grupos que tienen los
mismos deseos. Por primera vez en la historia surge la idea de un Dios que está
del lado de los pobres, de la vida, de la libertad, de la igualdad.
Tras varios esfuerzos
por ser una sola fuerza, el grupo de Moisés, los Abrahámicos, los nabateos,
kenitas, cananeos y egipcios sublevados se unen para formar un solo grupo, una
sola tribu, un solo pueblo con los mismos deseos e intereses. Así surge el yahvismo como experiencia
religiosa de carácter ético-política. En nombre de Yahvé y unidos como un
solo pueblo los hebreos se lanzan a la conquista de la tierra palestina de
Canaán, donde es necesario convencer, encantar, hermanar a los campesinos
cananeos que viven sometidos a los jefes tribales que sirven a las
ciudades-estado de Egipto.
La
posibilidad de integrar a otras tribus y pueblos le permitió a los hebreos
consolidar el concepto de familia de Yahvé. Es decir, todos aquellos que se sientan identificados
con los grupos rebeldes procedentes de Egipto o Mesopotamia, tienen un espacio
en este nuevo pueblo. Mejor aún, pueden ser parte de la familia de Yahvé. Como
familia, el nuevo pueblo consolida un sistema social de iguales. La tierra, sus
frutos y bendiciones (casa, seguridad, pertenencia) son de Yahvé; ese es su orden y nadie lo puede alterar.
Si todo es de Yahvé, entonces todo puede ser de sus hijos en igualdad de
condiciones.
Sin embargo, después de
construir un sistema social que respondiera al deseo de Yahvé, la
industrialización del campo transformó la consciencia de la familia de Yahvé y
las acciones egoístas y acaparadoras dieron origen a la monarquía. Aunque se
habían prometido no tener un rey, el nuevo orden de las cosas exigió otro
modelo. Pero Yahvé no dejaba de estar en medio de ellos. Los profetas se alzaron como voz de Yahvé e inicialmente defendieron
las tradiciones tribales de la familia de Yahvé pero al no conseguir éxito se
pusieron del lado de los pobres, los anawin.
La consolidación de un
sistema desigual y opresor terminó con la destrucción del reino del Norte en el
721 a.C a manos de los asirios. Luego sucedería lo mismo con el reino del sur a
manos de los babilonios en el 586 a.C. Pero antes de darse este último evento, surgiría el movimiento deuteronomista, un
grupo de profetas y escritores del reino del norte que todavía le apostaban a
la idea de la familia de Yahvé. Aunando esfuerzos con el reino del sur,
lograron hacer una reestructuración teológica-histórica de las grandes
profesiones de fe de Israel. Retoman el concepto de familia de Yahvé, definen
los estamentos que pueden hacer de Israel un pueblo modelo para el mundo a
partir del cumplimiento de la voluntad de Yahvé.
La consigna del
movimiento fue Somos el pueblo de Yahvé (Dios), le pertenecemos, somos su
propiedad, suyo es la tierra y todo lo que tenemos, somos el pueblo santo, es
decir, somos los llamados a ser presencia de Dios en el mundo y actuar según su
voluntad; la cual no es otra que vivir como hermanos en este mundo.
Consigna
para el parcial.
En atención a los temas
y conceptos vistos durante la primera unida del curso así como la introducción
al mismo, deben responder las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál
o cuáles son los aspectos que usted más destaca de la manera como Israel fue
construyendo el concepto de Dios a partir de la experiencia vivida en su
proceso histórico?
2. Teniendo
en cuenta lo planteado esta primera unidad temática: ¿Cómo entender la revelación
de Dios en el pueblo de Israel?
El envío del parcial
se puede hacer hasta el lunes 8 de junio a las 11:00 pm.