Profetas que defienden el proyecto de
sociedad igualitaria.
Continuando en la dinámica que propone
el curso, para ir avanzando en la consolidación y transformación del concepto
de pueblo de Dios aplicado a Israel en el Antiguo Testamento, el texto de
Gustavo Baena nos invita a pasar de la idea de Israel como familia de Dios a
pueblo de Dios. De esa manera se transforma el concepto de familia de Yahvé y se
tira por la borda la consigna bajo la cual se constituyó la sociedad
igualitaria de las tribus confederadas.
Si el yavismo era el elemento clave que
había unido a los clanes del grupo de Moisés como los de Canaán, por el hecho
de que todos se sentían iguales por las situaciones vividas, ahora con la
monarquía –empezando con Salomón- esta idea de libertad cultual, económica y
social, empezaba a desaparecer, y lo que tanto había evitado Israel como
familia de Yahvé había llegado.
El propósito era consolidar una sociedad
diferente a las vecinas. Sin embargo, el deseo de poder y la ambición
terminaron ahogando las esperanzas de un pueblo que quería ser fiel a Yahvé.
Los reyes y las clases económicas emergentes renunciaron a los valores tribales
y desequilibraron la balanza. La sociedad de esclavos y corte era una realidad.
Ya Israel no era la familia de Yahvé, era solamente el pueblo del Dios llamado
Yahvé. Pero dado que la conciencia de Israel no se había perdido del todo, un
nuevo movimiento sale en defensa de la familia de Yahvé: Los profetas.
Para
la clase presencial.
Teniendo en cuenta la lectura del capítulo II (El pueblo de Dios en la
revelación, pág. 13-18), en grupos de tres compañeros van a realizar una
síntesis del texto. Luego realizaran un cuadro comparativo entre los
planteamientos del capítulo I con el capítulo II, para identificar semejanzas y
diferencias sobre el sistema social que cada capítulo describe.